Día de la Cultura Indígena: Una Raíz Viva
Representantes que defienden y transforman
Nina Gualinga (Ecuador), joven lideresa kichwa de Sarayaku, reconocida mundialmente por su defensa del territorio amazónico y los derechos de las mujeres indígenas. Ha llevado su voz desde la selva ecuatoriana hasta escenarios globales de cambio climático.
Dolores Dolores Cacuango (Ecuador), pionera del movimiento indígena, fundadora de las primeras escuelas bilingües y símbolo de lucha por la dignidad de los pueblos andinos.
Homero Gómez González (México), activista purépecha y exjornalero, dedicó su vida a proteger el santuario de la mariposa monarca en Michoacán. Su trágico fallecimiento en 2020 visibilizó los peligros que enfrentan quienes defienden la naturaleza y el legado indígena.
Rigoberta Menchú (Guatemala), voz maya quiché y Premio Nobel de la Paz, emblema de la resistencia indígena en América Latina.
Gregorio Díaz Mirabal (Venezuela), líder amazónico y defensor de los derechos territoriales de los pueblos indígenas del norte de Sudamérica.
Tarcila Rivera Zea (Perú), promotora de los derechos de las mujeres indígenas y referente clave en la visibilidad internacional de los pueblos originarios.
"Mi abuela hablaba kichwa, pero no me lo enseñó. Decía que era mejor que yo aprendiera solo español, para evitar que me hicieran sentir menos."
Estas palabras, escuchadas en tantas familias latinoamericanas, revelan una verdad profunda: durante décadas, la cultura indígena fue marginada, silenciada, escondida. Pero no se extinguió. Está presente. Vive en las manos que cultivan la tierra, en las historias que aún se susurran al anochecer, en los bordados, en los sabores, en las lenguas que resisten.
El 9 de agosto, en toda América Latina, conmemoramos el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, una fecha proclamada por la ONU en 1994 para visibilizar la riqueza cultural, histórica y social de los pueblos originarios del mundo. En nuestra región, esta celebración cobra un sentido especial: somos territorio de más de 800 culturas indígenas, muchas de ellas aún activas y resilientes, otras invisibilizadas por generaciones.
Celebrar este día no es un gesto del pasado. Es una oportunidad para reconocer cómo la cultura indígena sigue viva en lo cotidiano. Desde los alimentos como el maíz, la yuca o la quinua, hasta prácticas ancestrales como la medicina natural, la agricultura comunitaria o el trueque, muchas de nuestras costumbres actuales tienen raíces indígenas.
Incluso en ciudades donde la vida parece completamente urbanizada, hay rastros sutiles: palabras como “chamán”, “cóndor”, “minga” o “cancha” que usamos sin notar su origen; tejidos tradicionales que se reinterpretan en la moda; danzas, colores y rituales que emergen cada vez con más fuerza en espacios culturales.
Todos somos parte de esta historia
La identidad latinoamericana está profundamente marcada por lo indígena. No importa en qué lugar nacimos, ni qué idioma hablamos hoy: nuestras raíces están tejidas con historia, tierra, lengua y memoria ancestral. Reconocer esto es un acto de justicia, pero también una forma de sanar.
Desde CLAC, nos unimos a esta conmemoración con respeto y admiración. Sabemos que hablar de cultura indígena no es mirar hacia atrás, sino hacia adentro: es asumir que la diversidad no nos divide, sino que nos completa.
Hoy, y todos los días, celebramos a los pueblos indígenas de América Latina. Porque su cultura no solo forma parte de nuestro pasado: es esencial para el futuro que queremos construir.